Los
libros álbum son libros en donde el texto y la imagen funcionan de manera inseparables construyendo una historia. Es por este motivo que se considera al ilustrador como autor.
Los
lectores de estos libros buscan sentido a las historias teniendo en cuenta dos códigos articulados: el lenguaje visual y el verbal.
Todos sus elementos cuentan: la diagramación, el formato, la tipografía, la selección de los colores, las guardas, de la misma manera que el relato ya que contribuyen a dar sentido de la historia.
Al explorar los elementos paratextuales sin haber leído el libro, surge la pregunta del sentido que tendrán estos elementos en la historia, y la respuesta la encontramos en ella, pero estos elementos van recortando y adelantando ciertos puntos. Al terminar de leerlo, estas guardas se resignifican pudiendo generar una nueva lectura al ubicar los elementos.
Este tipo de relaciones entre sus elementos, lo convierte en
“objetos de lectura”; la historia está en el texto, en la imagen, en las tapas, en las tipografías, en las guardas, en todo el objeto social y cultural que es el libro.
El juego con las tipografías plantea un toque interesante, caracterizando en algunos ellos a los personajes del cuento. La misma puede cambiarse para cada personaje, por ejemplo, imprimiéndole a la voz interna del que lee un matiz distinto, una textura particular.
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