Hay diferentes formas
de leer y de aprender, pero quien no puede tener sus libros, los más
inmediatamente necesarios, los más a mano, los siquiera mínimos, los textos
básicos, se halla desprovisto, en una suerte de desamparo, y lejos de la
maravilla de aquello que también a su modo va
configurando todo un entorno intelectual, afectivo y emocional que, a su
manera, también nos constituye y va haciendo que seamos quienes somos y
buscamos ser, quienes necesitamos ser.
En darabuc.wordpress.com
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