Ana esperaba con ansias la carta con noticias del frente. Gabriel se había enlistado en el ejército y regresaría de un momento a otro. La niña esperaba en su cuarto, mirando el horizonte vacío de sueños y promesas, la llegada de la correspondencia.¿Su amado habría cambiado en este tiempo, habría pensado en ella, la habría imaginado contando las horas y los minutos para su retorno? Ana, en la intimidad de su corazón guardaba la dulce voz de Gabriel: -Te quiero, Ana. Voy a volver por vos.
Y ahí nos sentamos. A la espera de alguien que nos dijera cuál era el catering para la boda.
Atrás esos marcos divinos. Estábamos de espaldas. Nuestra mente, al mismo tiempo, completaba esos marcos con deseos de futuro: fotos de nenas con capelina jugando en la playa, fotos con diploma en mano, nosotros sonrientes en las montañas…
Y entonces mi mente viajó al primer día, al momento que vi por primera vez esos ojitos soñadores, esas formas simpáticas, el caminar enérgico de la juventud que todo lo puede…y me enamore otra vez más.
Nuestras miradas se cruzaron y la conexión fue inmediata. Nos vimos sentaditos, en una casa con ventana al río, canosos y más sabios, alegres y serenos, compañeros y apasionados aún por la vida. …y me enamoré una vez más.
4 comentarios:
Ana esperaba con ansias la carta con noticias del frente. Gabriel se había enlistado en el ejército y regresaría de un momento a otro. La niña esperaba en su cuarto, mirando el horizonte vacío de sueños y promesas, la llegada de la correspondencia.¿Su amado habría cambiado en este tiempo, habría pensado en ella, la habría imaginado contando las horas y los minutos para su retorno? Ana, en la intimidad de su corazón guardaba la dulce voz de Gabriel: -Te quiero, Ana. Voy a volver por vos.
Ay!!¡¡Qué lindo!
Podría ser el inicio de un hermoso libro. Ya me enamoré de Gabriel.-
Y ahí nos sentamos.
A la espera de alguien que nos dijera cuál era el catering para la boda.
Atrás esos marcos divinos.
Estábamos de espaldas. Nuestra mente, al mismo tiempo, completaba esos marcos con deseos de futuro: fotos de nenas con capelina jugando en la playa, fotos con diploma en mano, nosotros sonrientes en las montañas…
Y entonces mi mente viajó al primer día, al momento que vi por primera vez esos ojitos soñadores, esas formas simpáticas, el caminar enérgico de la juventud que todo lo puede…y me enamore otra vez más.
Nuestras miradas se cruzaron y la conexión fue inmediata.
Nos vimos sentaditos, en una casa con ventana al río, canosos y más sabios, alegres y serenos, compañeros y apasionados aún por la vida.
…y me enamoré una vez más.
Había una vez una chica, Micaela, y un muchacho, Marcos.
Se iban a casar. Ella en su casa ponía flores adentro de las botellas, flores de amor.
Y las juntaba para el día de su boda.
Ese día mientras se vestía, pensaba en él. Y él también , mientras se ponía su traje, pensaba en ella.
Fueron a la iglesia.
Y terminó la ceremonia.
Llegaron a su casa nueva y cuando vio todo decorado dijo: qué flores, qué cuadros, y esa ventana! Hermoso.
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