jueves, 19 de noviembre de 2009

Así escribía Rubén Dante, el 13 de abril de 1938, cuando cursaba tercer grado en nuestra escuela.


Hoy tengo en mis manos un cuaderno.
Rubén Dante escribe en el salón Avellaneda de la planta alta de nuestra escuela. Y lo imagino almidonado, con un hermoso moño negro prendido al cuello del impecable guardapolvo blanco que seguramente su mamá habría planchado la noche anterior con tanto amor. Lo pienso tomando la copa de leche antes de salir al patio para sentarse con sus compañeros, cerquita de la fuente llena de peces de colores.
Me emociona el orgullo del papá que guarda como un tesoro el cuaderno de tercer grado, encuadernado prolijamente y con letras doradas en el lomo con el nombre del alumno; es sin duda una joya. Así lo cuenta Roxana Dante, la señorita de primero del turno tarde, hija del dueño del cuaderno.
Su paso por la escuela 4 "José Jacinto Berrutti" (en ese momento "Antonino Aberastain"), deja huellas. La composición "Mi escuela", llega hasta nosotros con un mensaje que no podemos dejar de lado: ser educados, respetuosos y obedientes, además del deber de cuidar y embellecer la escuela.


Nosotros, los maestros, al cerrar los ojos y tocar los cuadernos, sentimos como late, bajo las tapas, la vida entera de sus dueños.
Hoy más que nunca, en este homenaje a Rubén, rescatamos la labor que hacen los maestros diariamente en la escuela 4.
Gracias, seño Roxana por compartir con nosotros sus tesoros y recuerdos.

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