
"A qué sabe la luna": hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos. Al final descubrirán que juntos pueden alcanzar sus sueño. Un cuento repetitivo sobre la importancia de la cooperación y el trabajo en equipo, ideal para hacer cuentacuentos.

"Siete ratones ciegos": este cuento no es acumulativo pero si repetitivo. Pero lo que se repite no es una frase de forma totalmente exacta, sino más bien una acción. Un día los ratones ven algo extraño al lado de la laguna y asustados corren a casa. A partir de ese momento, cada día un ratón saldrá a investigar y volverá con una teoría que los otros no van a creen. Y así para cada día de la semana. Hasta que el ratón que saldrá el domingo desvelará el secreto y descubriremos que todos, en cierto modo, tenían razón. Un cuento muy original por su estética.
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