lunes, 15 de abril de 2013

Caperucita y los chicos de aceleración


Caperucita en sus múltiples versiones para disfrutar:



Caperucita Roja y el Lobo.

Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
“¿Puedo pasar, Señora?”, preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: “¡Este me come de un bocado!”.

Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
“Sigo teniendo un hambre aterradora…
¡Tendré que merendarme otra señora!”.

Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
“¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!”

...

Caperucita Roja y el Lobo, de Roald Dahl. 

EN: Cuentos en verso para chicos perversos.


Luego de recordar La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja, 
                                          iniciamos la aventura de Buza Caperuza 2


 

Próximamente:

Caperucita Roja ( tal como se la contaron a Jorge)


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