jueves, 18 de octubre de 2012

161º para Moby Dick


Igual que con El Quijote y otras obras cumbres, nadie vio cuando se publicó Moby Dick una obra transcendente y universal. Esa personificación del mal en la ballena, que posteriores exégetas descubrirían, quizás no lo sea tanto, sino más bien la naturaleza devoradora en su acción

más terrible. El propio Jorge Luis Borges señalaría al respecto: «El símbolo de la ballena es menos apto para sugerir que el cosmos es malvado que para sugerir su vastedad, su inhumanidad, su bestial y enigmática estupidez (...) el universo de Moby Dick es un cosmos (un caos) no sólo perceptiblemente maligno, como el que intuyeron los gnósticos, sino también irracional».
Curiosamente, Moby Dick sería considerado por algunos editores no solo una novela de aventuras sino una obra dedicada a un público adolescente...

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